Es extraño volver a escribir. Había dejado de hacerlo, como suelo dejar todo, porque me había quedado sin palabras. A veces, me quedo sin ideas, sin imágenes.
El otro día, pensaba acerca de la comunicación a través de las Salas de Chat, del msn, del Facebook y de todas las yerbas a las que nos tiene acostumbrado la masivación (¿existirá esta palabra?, sino debería inventarse) de internet o del internete como suelen decir las abuelas. No soy de las que lo critican, de hecho estoy del lado de las miles que lo usan y pensaba a qué se debía este fenómeno. Como ironía lancé en la Sala de Cultura de Terra que nuestros nicks eran ficción y alguien me respondió muy locuazmente "¿usted cree que nosotros no somos reales?". Le respondí con mucha tristeza: "Somos ficción. Vos sos la imagen que yo creo de vos y viceversa". Más tarde pensé es "más fácil este mundo de ficción" porque las personas desaparecen con solo apagar el modem. Cuando uno se cansa, va a inicio, apagar y esas amistades desaparecen, esa personalidad nueva desaparece. Porque, en la virtualidad, uno puede ser Natalie Portman en el Perfecto Asesino y miles de otros personajes más, muchos más interesantes que uno mismo. Quizás la virtualidad le sirva a mi generación de eternos adolescentes para no crecer, para no comprometerse con lo real. Es más fácil unirse a una Causa justa en Facebook que tomar un colectivo, sacrificar horas de descanso e ir a una marcha. Es más fácil tener relaciones virtuales que tomar un colectivo y salir con amigos y aguantarlos aún cuando nos aburrimos de escucharlos. Esta es una autocrítica para mí y para mi generación, esa que aún cree pero que no se mueve por miedo a desilusionarse y perder las últimas utopias que le quedan.
Salud!
Azul
